sábado, 24 de mayo de 2014

Los santos entresijos del 9 de noviembre de 2014


Pocos ignoran, en España, nadie en Cataluña, y casi todos en el resto del mundo, que el día del título el gobierno catalán cuya legitimidad se la otorga la constitución española pretende convocar una "consulta" para atentar contra esa constitución y robarle la soberanía al pueblo español, de la que emana la legitimidad de esa constitución gracias a la cual gobiernan, para romper la unidad nacional establecida en esa constitución.
Es de perogrullo, recordar lo anterior.
Es de linces en peligro de extinción  aguzar el ingenio para descubrir por qué ha sido elegida esa fecha, para sorpresa e indignación de los secesionistas que a ella se adhieren como las rémoras a los buques y a los cetáceos -que conviene, de vez en cuando, salir de las lapas y las piedras..- a poco que lean esta indagación. Es obvio que si después de ella no cambian la fecha, ello responderá a la asunción acrítica de uno de los signos de identidad del catalanismo político: el victimismo, que, contradiciendo lúdicamente el significante, quiere decir ensimismamiento en la derrota.
El santoral del día 9 de noviembre no constituye, precisamente, un motivo de gozos y alegrías premonitorias para los alegres votantes secesionistas. Repasémoslo santo a santo. Como hay santos y santas de diferentes categorías, también en esto de la santidad hay clases y divisiones, iremos de la principal hasta el último de la fila, hasta el telonero, por así decirlo.
(Inciso: ¡Ay, aquellos tiempos en los que a los zagales les caía encima el nombre que tocaba en el santoral para el día de su llegada al mundo! Y entre Rútilo y Nicerata era una suerte descomunal nacer el día de San Juan, está claro...) 
 El día 9 de noviembre está dedicado muy principalmente a Nuestra Señora de la Almudena, ¡patrona de Madrid!, como nadie ignora, y albergada en uno de los más sosos y desangelados templos que erigirse puedan. Pero, además, almudena, palabra de origen árabe, significa ciudadela, cuya relación  con el imaginario victimista nacionalcatalanista está fuera de toda duda...
Le sigue en orden de importancia Teodoro, de quien se dice que, como aguerrido San Jorge, derrotó a un peligroso dragón. Fue ajusticiado porque, al parecer, entró una noche en el templo de Cibeles y lo incendió.
Eustolia y Sopatra, monjas y vírgenes -y si se señala que lo fueron, por algo será...- fundaron un monasterio que sometieron a la regla de San Basilio, que es el nombre que en la tradición griega lleva San Nicolás, es decir, el equivalente de nuestros Reyes Magos, o sea, quienes por arte de magia y birlibirloque han de traernos nuestros más queridos deseos, siempre independientes de las crisis.
Orestes es el próximo, y su nombre significa habitante de los montes, que es lo que ha hecho CiU, tirarse al monte -y disculpen la insorteable ambigüedad de la expresión-. Se cuenta de él que derribó de un soplo las estatuas paganas y que nació en Tiana... de la Capadocia. 
Agripino fue obispo de Nápoles, es decir, de la cuna de la cosa nostra mafiosa, que es el fundamento, reiteradamente expuesto, del nuevo estado de nueva planta, porque som com  som y som i serem significan exactamente, en buen castellano: yo me lo guiso y yo me lo como. Agripino, además, tuvo la mala fortuna de no poder competir con  el sanguíneo San Genero en esa dura competición por el patronazgo de las ciudades, regiones y estados.
Benigno fue discípulo de San Patricio, patrón de Irlanda, aguerrida tierra que se secesionó, a sangre y fuego, de Inglaterra, perdiendo su lengua propia en la batalla, por cierto. De él se dice que está enterrado en la abadía de Glastonbury, donde se cree que fue enterrado el rey Arturo, sí, sí, el de Camelo...t, en efecto. Por si fuera poco, el último abad de la desaparecida abadía, Richard Whiting fue colgado, ahogado y descuartizado como traidor, en 1539, que así se las gastaban en los ideales tiempos milenarios de donde, en algunas mentes delirantes, procede la grandeza de las naciones.
Timoteo, el discípulo predilecto de Saulo, el converso, como lo son el NHMas y tantísimos pobres de espíritu más.
Ursino de Bourges, casi de Borges..., significa osito muy feliz, que, simbólicamente, viene a describir la felicidad abraciva (léase a la catalana) rovirana en su intervención congresual.
Y, finalmente,  un Erifredo, ermitaño aislado, al que ni se le encuentra en Google, casi como al futuro estado secesionista en la comunidad internacional.
Si con estos antecedentes la caverna secesionista aún baila alrededor del tótem consultor del 9 de noviembre, obrarán como se espera de sus genes políticos victimistas, y se añadirá a la larga lista de fechas para la que ya se inventará algún pastel conmemorativo con o sin cubanyera.

2 comentarios:

  1. Apreciable trabajo de documentación, Juan, que bien podría responder, conceptualmente, a los deseos de la secesión, aunque, quizá, eso sería otorgar a los susodichos demasiadas luces, en estos tiempos de penuria intelectual.

    De todas formas, repasando este santoral, no veo en él más leyenda en Arturo que en Orestes, por ejemplo, con la diferencia de que la genealogía de ambos, e incluso de muchos más, no está escrita más que en los idearios colectivos de los pueblos. Tanta magia hay en el cristianismo salvador como en las leyendas artúricas celtonormandas como, en última instancia, en el nacionalcatalanismo actual, con la salvedad, si me permites, y jugando a interpretar el vuelo de las aves, de que lo catalán tiene muchos más visos de cuajar en las páginas de la historia...

    Un abrazo

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  2. Esta es una sociedad muy dada a la ficción, pero un poco "a l'engrós", al por mayor, con no pocos chafarrinones y éste, el de la elección de la patrona de Madrid, para celebrar su supuesto día grande no es el menor, ni será el último... Con todo, yo creo que aquí reímos más que en el resto de España, porque el sainete es una especialidad que, compartida entre Madrid y Barcelona, allí casi se ha perdido y aquí revive en cada nuevo proyecto político.

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