lunes, 7 de julio de 2014

¿Secesión? El género dentro, por el calor...



Vísperas ocioestivales del día D y la hora H del 9N

Al cúmulo de ridiculeces conseguido por el secesionismo catalán desde que sus promotores románticos decidieron jugárselo todo a la única carta de la creación de un estado viejo, casposo, totalitario y muy xenófobo, y cuya prolija enumeración equivaldría retórica y musicalmente, si fa no fa, en extensión a un monólogo del club de la comedia, único teatro donde dichas aspiraciones pueden hallar la audiencia que las aprecie en lo mucho que valen como entretenimiento; a ese cumulonimbo, para ser más exacto, cuya definición en la wikipedia describe a la perfección el fenómeno secesionista, a poco que se domine el arte malicioso de la hermenéutica y se sepan leer con propiedad las crípticas señales atmosféricas:
 Los cumulonimbus o cumulonimbos son nubes de gran desarrollo vertical, internamente formadas por una columna de aire cálido y húmedo que se eleva en forma de espiral rotatorio. Su base suele encontrarse a menos de 2 km de altura mientras que la cima puede alcanzar unos 15 a 20 km de altitud.Estas nubes suelen producir lluvias intensas y tormentas eléctricas, especialmente cuando ya están plenamente desarrolladas. Se abrevia Cb. *
a ese cúmulo, digo,  se suma ahora el parón estival que sin duda afrontará dicho movimiento hiperconcienciado  cuyos aguerridos y pederàsticos militantes, como cualquier hijo de vecina, se sentirán agobiaditos por los calores del julio y el agosto.
Se ha de tomar nota de que semejante pausa bimestral, cuando el destino de un pueblo pende de una consulta y se necesita no solo la movilización de un día de fiesta, sino la “decidida y férrea voluntad de todo un pueblo por escoger su propio destino”, según la retórica secesionista al uso y al abuso, choca más que mucho con la idea de que tal secesión constituya de facto una necesidad de esa parte del pueblo catalán que, teóricamente, no puede soportar por más tiempo el estado de esclavitud a que lo tiene reducido el bárbaro imperio español.
¿Cómo es posible –se pregunta mi ingenuidad congénita – que sea compatible broncearse en la playa, visitar Lanzarote, recorrer las Rías Bajas, alquilar un apartamento en Málaga o irse al Caribe con la dedicación exclusiva que exige la liberación de un pueblo oprimido y maltratado? Ignoraba yo, que tantas cosas ignoro, que una secesión se llevara a cabo en horas laborables robadas con no poco riesgo a la empresa, o que sea, por así decirlo, una actividad extraescolar, aunque quizás el hecho de la presencia de tanta criatura abusada ideológicamente justifique lo de la extraescolaridad… La épica de la liberación nacional se resiente un poco cuando uno busca los frescos aires de la Sierra de la Vera en Extremadura o del Vallle del Jerte -¡territorios tan enemigos!- para realizar caminatas que nos reconcilian con la naturaleza,  y cuando todo ha de fiarse a la concentración en días señalados que no estorben el trabajo nuestro de cada día, que el jefe –no fotem!– no está para hostias  secesionistas y el curro está ahora más que chungo…
Me temo que para las próximas Navidades, el caganer de éxito será el del secesionista en Puerto Vallarta…
*(Me tomo la libertad de usar el texto porque contribuyo modestamente a la supervivencia de la wikipedia, por supuesto)



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