martes, 20 de febrero de 2018

Gobierno de los niños (Els nens al govern), con Golding al fondo...


Ritos de paso

[A modo de complacencia en la perspicacia con que puedo haber intuido el "desenvolupament" de la "entremaliadura" de los políticos más inmaduros y absurdos que haya conocido nunca, parangonables, en todo caso, con todos aquellos del resto de España con los que puedan asemejarse, que haylos, rescato estas impresiones formuladas en 2012 cuando el Nada Honorable Artur Mas -Ártur en el resto de España para los acomplejados...- botó el tren que había de llevarles a la soñada Ítaca de la independencia -tren gobernado, por cierto, con el timón que le regalo su padre, lo que acaso explique buena parte de lo sucedido de entonces acá- en una operación tan astuta que la astucia anda por ahí avergonzada de la bastarda utilización de su concepto, hecho añicos, ya, para, ahora sí que sí, imposibles usos futuros. El corpus lingüístico tiene eso, es muy sensible a los abusos... ]


Ayer los niños nacionalistas catalanes llevaron a cabo la solemne ceremonia de elección del jefe de la pandilla, delante de las autoridades venidas de un cercano país cuya autoridad medio acatan y siempre discuten. El niño alfa de la panda se llenó los pantalones de solemnidad, para que le pesara la gravedad del en-cargo y apretó la generosa mandíbula para mejor expresar la trascendencia náutica del momento, porque el niño alfa ha escogido como emblema de su mandato el de Gran Timonel, que para eso guarda en su casa un timón que le regaló su papá y que instalará, en breve, en su despacho del Palau. La pandilla invitó al jefe de la pandilla del lejano país, quien delegó en un lugarteniente, pero también invitó a los jefes de otras pandillas del barrio con  las que anda siempre a la greña, aunque ahora anda pidiendo su apoyo para una travesía que dice que es la Gran Travesía, la definitiva, la que hará que el mar emerja y se separe del resto de la península el rincón noreste donde juegan los niños nacionalistas. Hubo caritas solemnes, alguna lagrimilla sosona y para que no se viera al jefe de la pandilla del cercano país, lo escondieron detrás de una tela negra, porque todos los niños saben que si se tapan la cara la realidad deja de existir, o si tapan el símbolo de la misma, claro. Ninguna de las autoridades del cercano país presentes en el acto entendió el fundido en negro del monarca como un desprecio al Jefe del Estado y asistieron a la ceremonia de principio a fin, en vez de coger las de Villadiego y provocar el primer conflicto diplomático de la legislatura por venir. Al final, cantaron la canción de la banda y se salió al patio a presumir de mandato. Tot plegat, llastimós.

2 comentarios:

  1. Tu texto tuvo visión amplia sobre lo que estaba pasando. Es evidente. Lo aplaudo desde la distancia en que fue escrito.

    Hoy pensaba que en 1997 se celebró en Barcelona la boda de la infanta Cristina con Iñaki Urdargarín con el júbilo más o menos popular que la rodeo. Ayer el monarca estuvo desairado por las autoridades catalanas y rodeado de enormes medidas de seguridad. Muchos catalanes lo hemos recibido con cordialidad y muchos otros con odio manifestado en las calles y en los tuits. No es el mismo momento, está claro. Yo siento miedo del odio acumulado por parte de una parte de la sociedad catalana que ha pasado de la revolución de las sonrisas a la revolución del odio. España y Cataluña se han hecho feas, España en manos de un partido corrupto hasta el túetano y Cataluña poseída en buena parte por el odio al que solo le faltan machetes para salir a cortar el gaznate a constitucionalistas, botiflers y traidores. El nacionalismo español está repuntando como reacción. No me parece mal en principio pero lo cierto es que vivimos en un tiempo lleno de odio mutuo. Solo faltan armas para salir a matarnos en las calles. Uno si pudiera se iría a vivir a cualquier país de Europa menos irracional. ¡Qué fea se ha hecho España y qué fanática se ha convertido la Cataluña que yo admiraba cuando llegué aquí en 1979! Estamos abocados a ello. Solo falta una buena guerra civil para tranquilizarnos durante setenta años. Tal vez menos.

    Nos estamos haciendo franquistas a fuerza de comprender el curso de la historia. Y yo pensaba que Franco había muerto en 1975.

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    1. Gracias por el elogio, pero toda esta niñería del prusés era difícil que engañara quienes nos hemos hartado de hacer comentarios de textos, ¿no? Diría, Joselu, que estamos hipersensibilizados ante los signos, y que es difícil que nos den gato por liebre. Y por eso me daba hasta cierto punto igual que hicieran aquellas pomposas reuniones por el derecho decidir, por las estructuras de Estado, por todas esas gilipolleces repolludas que no eran sino capas eternas de un discurso vacío que acabaría tropezando contra la verdadera fuera del verdadero Estado, como así ha sucedido. Y en esas estamos. Pero, al final, a la que empiecen ls empresas a deslocalizar la producción, todo irá volviendo lentamente a su cauce. ¡Si hasta el CEO -la voz de su amo de la Presidencia de la Generalidad- va rebajando ya la secesión a niveles de fracaso total, y aún que bajará más, porque toda esta "agitación" solo se mantiene con un 25-30% de la población que, llegadas las dselocalizaciones, incluso tendría que irse a trabajar fuera...

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