jueves, 21 de mayo de 2020

Irse de cámaras y no a rodar...


Un virus estomacal justo antes del virus pulmonar o la lucha desigual contra los patógenos tan interesados en nuestras humildes carcasas...*

         Los deportistas siempre hemos sido muy sensibles a la biología, especialmente al examen de nuestro propio cuerpo, sobre todo si hemos padecido lesiones que han requerido atención medica y rehabilitación. De ahí a interesarse por la medicina en general hay un corto paso. Yo lo di. Entre mis programas de televisión favoritos estaba uno que no les gustaba nada a los profesionales, porque veían en él una trivialización de un trabajo tan serio como el suyo: En buenas manos. Estaba dedicado a la retransmisión de operaciones quirúrgicas y jamás me defraudó, aunque reconozco que, después de haber visto todas las intervenciones imaginables en el cuerpo humano, nada me impresionó más que una cirugía plástica sobre el rostro, que fue, literalmente, retirado hacia la frente para dejar ante mi atónita mirada el revés de la trama, digámoslo así... Prestar atención a la evolución hacia la vejez del propio cuerpo es, por extraño que pueda parecer, una dedicación gratificante, cuando la curiosidad es la madre de todos los vicios gnoseológicos. Mi madre siempre me dice que equivoqué la carrera, que en vez de Filología, debería de haber hecho medicina, a juzgar por mi interés sobre esa realidad que, en la medida en que nuestros cuerpos son, por definición, falibles, a todos nos afecta.
        ¿Y  a cuento de qué viene el preámbulo confinado? Pues a la insólita intuición de que el ataque vírico que sufrí poco antes de que emergiera la preocupación universal por la pandemia pudiera estar relacionado con ella. La doctora que me visitó en casa diagnosticó una gastroenteritis de origen vírico y, sin otro tratamiento que la dieta blanda y el socorrido paracetamol para la fiebre intensa, me dejó abandonado a un padecimiento insufrible para el que no veía, en el horizonte inmediato, la más mínima mejora. Un día antes de caer en ese lamentable estado en el que me vi sumido había ido al ambulatorio para que me administraran la vacuna contra la agresiva urticaria que tanto me ha hecho sufrir.
        El estado peca de escatológico, porque sufrí una diarrea como jamás la había sufrido en mi vida y que me tuvo tres noches seguidas yendo cada diez minutos al excusado, ido de cámaras, que solía decirse antiguamente, y que me trajo a la memoria la imagen punitiva de una película, Delicias turcas, de Paul Verhoeven, en la que aparece la protagonista, enferma terminal,  a la que se le ha habilitado un lecho en el que puede irse de cámaras sin necesidad de levantarse. Llegué a pensar si lo mío era una disentería, pero la ausencia de sangre impedía tal diagnóstico. Por fuerza, pues, había de seguir en el diagnóstico del virus.
        La fiebre alta, siempre por encima de 38, sin desmayo; la imposibilidad de comer y de beber; la meditación constante en el retrete, apoyado en el lavabo para descansar la cabeza sobre el antebrazo...; todo, pues,  indicaba que había entrado en un proceso de consunción, como si el propio organismo se hubiera rebelado contra sí y me amenazara con no seguir adelante, ¡después de tantos años juntos, con sus buenos y malos momentos...! 
         Ahora, a virus pasado, y sabiendo que, además de la afectación pulmonar, se baraja que la diarrea puede ser un indicador fiable de haber sido infectado, he llegado a preguntarme si aquella insólita virulencia -¡jamás en toda mi vida había pasado una gastroenteritis de esa envergadura! (palabra, por cierto, en las antípodas de mi estado físico...)- no fue un primera manifestación no catalogada de la aparición del virus, que, según las últimas fuentes fiables, corría por nuestra país desde finales de diciembre... ¡Con decir que en cinco días adelgacé cinco quilos, lo digo casi todo! Me era imposible no ya comer, sino incluso beber.  Un asco inmenso me mantenía la boca cerrada, el cuerpo devastado  y el ánimo por los suelos... Me arrastraba por el piso como un auténtico fantasma. 
         Hace unos días vino a la finca el técnico del ascensor, quien fue la única persona que me vio en esa condición lamentable en su día, porque hube de facilitarle la llave de la sala de máquinas, y me recordó lo muy mal que me había visto la vez anterior que vino: "Con  todo esto del virus, me acordé de Vd., y de cómo estaba.Si estuviera así ahora, con la que está cayendo, iba a estar bien cagadico..." ¡No sabía él, tan afectuoso, que cagadico, lo que se dice cagadico, lo estuve entonces...! Si tuviera fiebre en estos días y esa tos seca que dicen que distingue a los infectados, no sabría si, a pesar del peligro que encierra pasar la infección, estaría incluso contento de poder pasarla y "quitármela de encima"...
        Lo pasé tan mal aquellos diez días de debilidad extrema y de deposiciones líquidas en chorro continuo que no creo que los males del nefasto covid-19 me postraran como lo consiguió aquel otro virus anónimo pero lleno de ánimo iniurandi... 
        La recuperación fue tan lenta como súbita fue la caída en la postración. Desde el primer sorbo de agua con limón hasta el primer arroz hervido o la primer manzana asada, cada nuevo paso que daba me reconciliaba con el gusto y con el olfato estragados, dos sentidos a los que, por cierto, también afecta este otro virus. ¡Con qué afán vigilante escrutaba, como redivivo Galeno, las heces para evaluar la consistencia que me permitiera dar por superado el ataque! No fue cosa de tres días ni de cinco, y, como le pasó a mi Conjunta con el primer caldo de pollo que tomó tras el ayuno dictado por la cesárea de nuestro primer vástago, ¡ningún alimento más sabroso que la pechuga de pollo a la plancha cuya mitad, o menos, conseguí comer un día!, fecha que erigí como el hito definitivo de lo que sería una rápida recuperación del peso perdido...
        Cualquier mal pugnaz es un desafío que nos plantea la biología, y cada cual sabe de sus males cuáles son los malos y los peores, pero no le deseo a nadie que pase por el desagüe que sufrí hasta quedar seco como un terrón del desierto de Tabernas y enteco como nunca antes en toda mi vida. Si las pruebas del covid-19 no fueran tan caras, la pasaría por la curiosidad de si han quedado huellas de haber tenido algún contacto con él. En fin, deseo que llegue antes la vacuna que el nefasto momento en que hayan de pasármela porque me lo hayan contagiado... De momento, guantes y mascarillas, ¡incluso para salir a correr! Que si me pilla desprevenido, no me pille desprotegido.
*Teniendo en cuenta que la pandemia del coronavirus advino al poco tiempo de haberme ido yo de las antedichas cámaras, me sugiere mi Conjunta la posibilidad de que haya sido un "adelantado" y que haya pasado la infección del virus "a pie enjuto y culo licuado" en mi propio hogar, por más que no haya contagiado a nadie. En fin, dada la racanería con la que hacen las pruebas del PCR y las serológicas, no sé si llegaré a salir de dudas al respecto. Lo que puedo atestiguar es que los diez días de padecimiento estuvieron a la altura de lo que se cuenta de los enfermos del covid19, desde luego. En fin. Sigamos con la mascarilla y el gel hidroalcohólico...

viernes, 1 de mayo de 2020

Los crucigramas como escuela de léxico y manantial de sorpresas…



El descubrimiento del catalán casi imposible de oír ni en la calle ni en los media…


¿Por qué mots encreuats o mots enreixats, como definió Tísner a sus crucigramas y no *creugrames en catalán? No ignoro que la reforma lingüística de Pompeu Fabra buscaba también, como efecto colateral seleccionar un estándar de lengua que se diferenciara lo más posible del castellano «invasor», de modo y manera que se rompieran los puentes de entendimiento entre ambas lenguas, que fuera de Cataluña se oyera el catalán  como una lengua auténticamente «extranjera», obviando los innumerables lazos léxicos y estructurales que hay entre una y otra y que, con un mínimo de buena voluntad, de conocimientos gramaticales, un amplio vocabulario y un poco de latín escolar  permite una comunicación fluida entre hablantes del castellano y el catalán sin apearse de la propia lengua y, obviamente, sin necesitar un traductor.
         Los puristas son los principales enemigos de la comunicación, aunque se presenten como los primeros defensores de la lengua. Para ellos, como lo era un profesor que tuve en la Facultad y que, para su mal de piedra, nos enseñaba Sintaxis de la lengua española, la invasión del castellano en Cataluña había roto definitivamente el ecosistema sonoro de la lengua, porque se perdían, al contacto con el «todopoderoso» castellano, la «preciosa» fonética primigenia del catalán tal y como se había hablado siempre en Cataluña desde el nacimiento del idioma, allá por… (y en este suspense cada cual pone la fecha mítica que más le cuadra; y aun algunos se remontan, como los vascos con el vascuence, al Génesis…). El purismo tiene algo de secta preconciliar católica. Es algo así como un Lefevrismo que prefiere resucitar el latín, ya puestos, declarando la inequívoca condición de dialectos deturpadores del mismo que fueron, en su día, las lenguas vulgares. La resistencia a ultranza antes que  humillarse al «mestizaje», como acabo de ver en Código 46, de  Michael Winterbottom, una película futurista en la que la koiné dominante mezcla el inglés, el italiano, el francés y el castellano… ¡Menudo debate «nacional» entre el famoso vaixell y el barco supuestamente castellanizado; como entre el petó y el bes o el got y el vas… Ganas, en definitiva, de buscar bronca y de rezumar la caspa del supremacismo identitario.
         Soy una persona muy aficionada a los crucigramas y, en especial, a los de Fortuny, en La Vanguardia, porque, muerto Peko, el autor de los de El País, no hallé mejor relevo para él. En el libro de crucigramas que editó junto con los de Màrius Serra en catalán me faltaban por hacer estos. Ya los he acabados. De 100, solo 7 los he hecho sin cometer fallos, y en los demás, el rango de letras equivocadas va desde 1 a 30, en los días más espesos y aciagos. Me he divertido lo que sí está escrito, y, el deber final ha sido este: ir a buscar al diccionario todas y cada una de las palabras que desconocía o que había oído y/o leído muy pocas veces.
         Está claro que toda lengua posee un caudal léxico inalcanzable para los usuarios, excepto que se sea lexicógrafo, se disponga de una memoria eidética y uno haya preferido sumergirse en los lexicones antes que en la vida. Salvo en ese caso, el resto de los mortales podremos tener un vocabulario mayor o menor, pero jamás nos acercaremos a una competencia máxima. Recordemos que los lexicones han tenido a bien introducir en ellos términos científicos de numerosas disciplinas que nos dejan a los profanos totalmente a oscuras: la botánica, la zoología, la química, etc., añaden al diccionario una dimensión técnica poco menos que imposible de dominar. Por otro lado, ciertas actividades humanas muy especializadas como la agricultura, la ganadería, la pesca -¡y todo el lenguaje de lo relacionado con el mar, la náutica, etc.!- y otras similares, con las que la mayoría de la población ha perdido contacto, tiñen de oscuro, muy oscuro, buena parte de esos diccionarios que alimentan los crucigramas en los que encontramos tales términos como quien halla piras preciosas, maravillosas, pertenecientes a mundos ignorados pero que, como quería Eluard, están en este nuestro de cada día, tan urbano, tan chato, tan inexpresivo…
Comencemos por donde toca, por el principio y veamos tes muestras de voces poco usuales, al menos para quien tiene el catalán como segunda lengua: Acaule. adj. [BO] De tija tan curta que sembla inexistent, ja que en ésser molt curts els entrenusos, les fulles surten totes juntes fent una roseta a la base. El plantatge i l’atzavara són plantes acaules. Acopar. 1 1 v. tr. [LC] Tancar, cloure, (allò que és badat o desplegat). Afrau. m. Congost. [LC] [GL] Vall estreta i pregona entre muntanyes.  Los entendidos advertirán que tomo las definiciones del diccionario del IEC, que viene a equivaler a nuestra RAE, aunque me temo que con más carga ideológica.
No son pocas las palabras que se usan también en español, aunque acaso, como pasa en catalán, no con la frecuencia de uso que nos gustaría a los amantes de voces tan nuestras como aguisar/ Aguisar. v. tr. [LC] ant. Preparar, disposar d’una manera convenient o glabro/glabre. -a. adj. [BO] [ZOA] [MD] Mancat de pèls. Glabro, por cierto, la recoge Dimas en Mas en su diccionario El tesoro olvidado. Atresia/ Atrèsia. f. [MD] Absència congènita d’un orifici natural o oclusió de la llum d’un òrgan tubular. Basilar/ Basilar. adj. [MD] Relatiu a la base, situat a la base, que serveix de base. Ossos basilars del crani. Artèria basilar. Drupa/ Drupa -es. f. [BO] Fruit carnós amb l’endocarpi llenyós i dur, el pinyol, que enclou una sola llavor. Estol/ Estol. 1 m. [TRA] Grup de naus d’un mateix bàndol. 2 m. [LC] Colla 1 1 . Un estol de noies. En este caso de estol, que el español toma del catalçan, restringimos el significado a «comitiva, acompañamiento», lo que amplía notablemente sus posibilidades de  uso. Labro/ Labre.  1 m. [ZOA] Peça imparella de l’aparell bucal dels insectes, situada en posició dorsal respecte a les altres i articulada amb el clipi. 2 m. [ZOA] Vora externa de certes conquilles univalves, que tiene su justificación en el hecho de formar parte de lenguaje científico cuyas raíces grecolatinas lo uniformizan en no pocas lenguas. En otras ocasiones, disponemos de idéntica palabra y muy diferente significado, es el caso de Quisca. 2. f. vulg. Chile. Cierto tipo de cuchillo o arma blanca. 3. f. pl. coloq. Chile. Cabello tieso y Quisca.  f. [LC] [MD] Brutícia adherida a la pell o als pèls, si bien una apasionante investigación etimológica nos iluminaría con alguna luz esa diferencia. Saín/Saïm. 1 m. [LC] Sagí 1 1 .2 m. [LC] Llard, palabra en la que hasta el sinónimo de la definición forma parte del léxico castellano, con la larda, la grasa de los cetáceos o el lardero del «jueves lardero» del inicio de la Cuaresma, el «dijous gras» del catalán. Otras voces, como Sialismo/Sialagog. 1 adj. [MD] Que estimula la formació de saliva.2 m. [MD] Medicament sialagog compartern el prefijo helénico, σαλον, 'saliva', lo que las acerca enormemente y facilita su comprensión en ambas direcciones. Finalmente, Ustorio/Ustori. adj. [LC] Que té la propietat de cremar, que no pueden dejar de ser iguales en razón de su condición de cultismo procedente del latín:. ustor, -ōris. Entre Chusma y Xurma. 1 f. [LC] [HIH] Conjunt de galiots d’una galera. 2 f. [LC] Conjunt de gent baixa, vil. por ejemplo, no hay más que diferencias fonéticas, algo que se traslada a la grafía y da la falsa impresión de una distancia entre ambas que no existe, lo que se demuestra en cuando nos acercamos al origen etimológico de la palabra. A veces, por el contrario, se muestra a simple vista el origen común etimológico, como pasa con artero/ artec. Artec -ega. adj. [LC] Enginyós a trobar la manera, el camí, etc., d’aconseguir el fi que es proposa, ambas procedentes del latín ars artis.
         Siempre es una fuente de sorpresas el diccionario y, a poco que uno disfrute algunas tardes de él, son muchos los hallazgos que le dejarán boquiabierto, bocabadat, dado el acervo de voces que solemos ignorar que están a nuestra disposición. En los crucigramas aparecen como por ensalmo, por el arte de los cruces no genéticos; pero en la vida corriente puede pasar toda una vida sin que hayamos escuchado o leído ciertas palabras. Para evitar esa circunstancia nació mi afición a la lectura de diccionarios, para haberme dado el gusto de, al menos, haber conocido todas las voces de que disponemos en el archivo oficial de las mismas, por más que esa magna obra no agota, ni mucho menos, la realidad léxica de nuestra lengua, y ahí están los diccionarios de argot, de voces extranjeras, de terminología pluridisciplinar, etc. ¡Una fuente inagotable de lecturas apasionantes! Y todo ello con la convicción de que tal dedicación ni te hace más inteligente ni más informado ni, ¡hasta me atrevería a decir!, mejor persona, aunque sobre esto último tengo mis reservas.
         Yendo de unas lenguas a otras, del español al catalán, al gallego, al portugués, al inglés, al italiano y al francés -ahí se acaban los límites de a lo que uno puede acceder por escrito, en algunos casos con archinotable dificultad-, se da uno cuenta de los lazos que hay entre todas ellas, de ahí que el Diccionario etimológico indoeuropeo de la lengua española, de Edward A.Roberts y Bárbara Pastor, sea una suerte de llave maestra del acceso a la felicidad lexicográfica. Pero, al mismo tiempo, también se percata de la singularidad de cada lengua, de lo que, para ella, significan esas voces que o no las conocemos o no las usamos y que deberíamos rescatar para ensanchar nuestro mundo perceptual y también el conceptual, para deleite de nuestros interlocutores. Rescatar palabras del olvido es una forma de cortesía cívica a la que no deberíamos ser ajenos, nadie.
Por las razones anteriores, con qué placer he descubierto voces tan recónditas como Xeflis. m. [LC] [HO] Àpat abundós, cuyo significante, por la propia fonçetica de mi primera lengua, el español, me acerca más a la rechifla que propiamente al festín. O como algo tan específico como a lo que hace referencia Alna. f. [LC] [FIM] Mida equivalent a la distància del colze a la mà, que tanto me recuerda al jeme español, la distancia que hay entre el pulgar y el índice completamente separados…. O como el sinónimo de macarró [macarra, rufián]: Arlot. 1 m. [LC] Home que viu a costa d’una dona prostituïda. No es que el catalán sea especiañmente pudibundo, pero aún me acuerdo del «escándalo» l´çexico que produjo la aparición, en Aló3, del epíteto con el que se saludaba a Sue Ellen, una de las protagonistas de Dallas: ¡Ets una meuca!, que, hasta ese momento, pocos o ninguno había usado en el habla normal y corriente. Beceroles tampoco era muy conocida e hizo fortuna. Y ya se sabe que destronart palabras que la han hecho es labor titánica, de ahí que, al encontrármela en el crucigrama, me llamara tanto la atención Beabà. m. [LC] Beceroles . El nen ja sap el beabà. Imaginemos que cara nos pondría alguien si le dijésemos que nos acercase la Desca, que es para el IEC una Panera plana de forma ovalada. Jamás oída ni leída en 43 años de exquisita atención a la lengua, no sé qué sería más útil para los hablantes: reciclar el diccionario y expurgarlo de lo desconocido o promover por tierra, mar y aire la recuperación de ese caudal de voces que ahora languidece en la sepultura del IEC y en el sueño húmedo de los filólogos desatendidos. Descuiden, no soy de quienes ponen en un brete a los amigos pidiéndoles la desca en un convite; pero sí de los que puede llamar indirectamente su atención sobre una voz tan hermosa: “¿Heu vist quina desca més maca que he comprat…?” Caso muy distinto es el de voces que ni por asomo han cuajado en el castellano, aunque bien hubieran podido hacerlo, porque, como ocurre en el caso de Goètic. adj. [AN] Relatiu o pertanyent a la goècia: f. [AN] Màgia negra, también en castellano un autor como Julio Caro Baroja la ha usado en sus libros de antropología con absoluta propiedad. Ya, ya, un estudioso no hace verano léxico en el diccionario de la RAE, por supuesto, pero es voz con cierto encanto que debería haberse incluido en él. No sé si en la traducción catalana de las aventuras de Harry Potter, de J.K. Rowlings, aparecen con frecuencia goétic y goècia, pero difícilmente, salvo algún tratado sobre las bruixes en la Edad Media, encontrarán mejor oportunidad de hacerlo.
         Otra variedad distinta de voces es aquella que nos remite a una voz existente que viene a ser casi un antónimo de la poco conocida, pongamos or caso Bleda y  Bledà -ana. adj. [LC] Ufanós, que ostenta exuberància de bellesa o de salut. Ésser un o una bleda se define en el IEC como m. i f. [LC] Persona no gens espavilada, mancada de vivor, de tremp. És una bleda assolellada. No en farem res, d’ell: és un bleda; todo lo contrario, como se advierte, de bledà. ¡De lo que es capaz una simple tilde! Y
         Sorpresas como el Ensus. Amunt, pariente inequívoco de nuestro Suso o el Fotjar. v. intr. [LC] [ZOA] [AGR] El porc, el senglar, furgar la terra amb el morro, que, acaso por su cercançia fonética a nuestro follar, quizás haya retraído de su uso, excepto en las zonas rurales, porque el hozar de los cerdos, sobre todo si buscan trufas ha de ser, por fuerza, un verbo socorrido.  no digamos ya, para hecho sorprendente, que una voz como Maimò -ona. 1 adj. [LC] Que fa les coses amb gran lentitud, ronsejant, que da en castellano Maimón (Del ár. clás. maymūn ‘fausto’) 1. m. mico ( mono), tenga tan marcada divergencia de significados.  No ocurre así con Talma. f. [LC] [ED] Esclavina llarga que serveix d’abric y nuestra correspondiente Talma. (De F.-J. Talma, 1763-1826, célebre actor trágico francés) 1. f. Especie de esclavina usada por las señoras para abrigo, y por los hombres en vez de capa, dado que ambas proceden de un nombre propio, algo así como las rebecas que se pusieron de moda tras la película de Hitchcock de idéntico nombre. Una última sorpresa es la que me he llevado al reconocer en el Tois -ïssos, nuestro Toisón de oro, orden y condecoración inspirados en la leyenda de los Argonautas y el toisón de oro, como se deduce, efectivamente del significado que recoge el IEC: Toís -ïssos. m. [LC] [AGR] Cap de bestiar de llana d’un a dos anys, quan ja es pot tondre.
         Podría seguir trayendo a estas páginas muchos más ejemplos, no se le oculta a nadie que sea aficionado a los crucigramas, una fuente inagotable de enriquecimiento léxico; pero conviene no abusar de la paciencia de los menesterosos lectores, para quienes solo tengo un agradecimiento infinito por haber tenido la gentileza de distraer sus ojos de más altas lecturas para pasar su mirada por estas líneas a flor de léxico. Gracias.