jueves, 30 de mayo de 2019

Crónicas de Robinson desde Laputa...III






Los carísimos bailes de disfraces electorales...

Llevaba un tiempo apartado de estas crónicas porque he dedicado mi tiempo, además de a conocer a fondo esta isla suspendida, a aprender su idioma, en el que he hecho progresos suficientes como para poder compartir con sus curiosos habitantes lo que para ellos es una pasión que yo nunca tuve en Inglaterra, la políticay que ahora, por razones de birlibirloque, tengo respecto de ese pequeño país, Torilandia, cuya realidad política, y no solo la política, pero sobre todo esta, consigno en estas crónicas incomprensibles para la mayoría de mis actuales conciudadanos flotantes.
Bien podría yo decir lo mismo que mi predecesor en este músico reino, Gulliver, respecto de nombre tan curioso como el de la sede del monarca de reino dividido entre la tierra y el cielo: La palabra que yo traduzco por la isla volante o flotante es en el idioma original laputa, de la cual no he podido saber nunca la verdadera etimología. Lap, en el lenguaje antiguo fuera de uso, significa alto, y untuh, piloto; de donde dicen que, por corrupción, se deriva laputa, de lapuntuh. Pero yo no estoy conforme con esta derivación, que se me antoja un poco forzada. Me arriesgué a ofrecer a los eruditos de allá la suposición propia de que laputa era quasi lapouted: de lap, que significa realmente el jugueteo de los rayos del sol en el mar, y outed, ala. Lo cual, sin embargo, no quiero imponer, sino, simplemente, someterlo al juicioso lector.
Aunque no sea bien mirado en estos predios elevados, porque, incomprensiblemente para sus estándares, se tiene en poco mi inteligencia, dado que no preciso del criado que use conmigo el climenole para salir de la alta concentración y mantener una conversación civilizado con cualquier laputiano, he descubierto que entre estos hay no pocos aficionados al arte de la política y a la discusión franca sobre la actividad de los partidos, sus programas y todo ese mundo de estrategias, intrigas, conjuras, proyectos y otros disparates que a mis convecinos les recuerdan más los proyectos de la Academia de Lagado, en tierra firme, que propiamente algo sensato, juicioso e inteligible. 
Sabedores de mi atención a lo que ocurre en ese horrísono país complejo, se ha convertido en una costumbre para muchos de ellos venir a dialogar conmigo sobre los últimos acontecimientos que sacuden, porque ahí funcionan por sacudidas, no por hechos, su vida política. Así pues, el terremoto que ha supuesto la convocatoria de dos jornadas electorales solo separados por las semanas que la ley exige de separación entre una y otra campaña electoral, nos ha tenido harto ocupados estos días. Como es obvio, desde Laputa otras realidades se ven con una claridad imposible de encontrar en aquellos lugares en los que incluso la supuesta prensa ajena a las luchas partidarias es más sectaria que los propios contendientes, habiéndose convertido en auténtica "prensa de partido" o de "trinchera", escójase ad libitum. Dichos procesos electorales: generales, municipales, autonómicas y europeas, más otros entes regionales, como en sus más que afortunadísimas Islas Canarias, han conseguido que la omnipresencia política de la momia del antiguo Caudillo pasase a mejor vida..., siendo sustituida por la feroz campaña de viejo agitprop por parte de quien, llegado al poder con añejas conjuras de rebotica, aspira a mantenerse agitando el espantajo de "las derechas" poco menos que cavernarias, troglodíticas y poco menos que caníbales y sanguinarias, sedientas de los típicos"niños crudos" que aún alentaban en alguna narración de Bécquer y en algún libelo del autor de las narraciones sobre esta misma isla desde la que pergeño mis crónicas. Hace tiempo que lo presentado como fiesta de la democracia, en sus inicios, las elecciones, se ha convertido en un baile de ajadas imposturas y truculento combate sin cuartel en el cieno de la demagogia, como esos combates de mujeres semidesnudas en el barro: que excitan  el polvo eres y en polvo te has de convertir que todos llevamos dentro... Aquí en Laputa, aunque me distraiga de mis queridos rancionales hispánicos, he de confesar que la atención privilegiada de las mujeres hacia los extranjeros, como es tradición entre los inuit del Ártico, facilitada por la abstracción en que viven sumidos los miembros de esta isla gobernante, me está deparando una estancia tan placentera que, a diferencia de Gulliver, no me va a importar alargarla. Él no pasó de los dos meses; yo llevo ya muchos más, y los que me quedan... La política tiene eso: es una narración interminable en la que los capítulos ni siquiera se escriben semanalmente, sino diariamente. Algo parecido al extraño invento -¡cómo les gustaría a los lagadianos haberlo descubierto!- de la televisión y las series a las que muchos rancionales se aferran como a la lectura de la biblia los evangélicos, esa secta protestante que solo protesta contra la moral ajena, pero no contra la explotación laboral, y que va conformando probables mayorías de extrema derecha allá donde arraiga y crece con fuerza entre los nativos.
Algo denigrante me ha parecido el lamentable espectáculo de ambas campañas: todos han tomado por tontos a todos los votantes. Y sin embargo, estos, escindidos en facciones que expulsan de sí todo lo que no sean sus exclusivos dogmas, han acudido a las urnas dispuestos a enterrar en ellas la voz de los contrarios derrotados. Al final, a pesar de las algarabías postelectorales en las que todos han ganado, salvo, ¡curiosamente!, y por unanimidad irrefutable, el partido de un líder estrafalario, reconvertido en pastor evangélico bolivariano que defendía, como todo programa, la aplicación de una Constitución que ha denigrado sistemáticamente desde su llegada a la política y con la que quería acabar para instaurar un añejo, anticuado, vejestorio y desacreditado comunismo asambleario; al final, digo, resulta que nadie ha ganado, porque, como señalan gozosos los laputianos, todo el mundo le puede hacer la puñeta a todo el mundo: desde que gobiernen quienes no deberían, hasta que se repitan las elecciones generales. Los habitantes de Torilandia suelen decir: "todas las posibilidades están abiertas", que un observador imparcial ha de traducir, de su bellísimo idioma español, a nuestro práctico inglés, como: no tenemos ni p... idea de qué pueda acabar pasando... Recordemos, además, y en eso no hay diferencias entre Inglaterra, Laputa y Torilandia, que la preocupación por la imagen de los líderes pasa muy por encima de lo que usualmente se entiende por "proyecto político". Los laputianos son adictos a las lecturas de los programas políticos, algo que no parece muy extendido entre los votantes rancionales, más amigos de los dimes y diretes y la chismografía, cuando no de los rumores o las intoxicaciones deliberadas.Se respira mal en la vida política rancional. Y con el fuego cruzado entre los pactos municipales y autonómicos y el encargo Real para formar gobierno de la nación, la irrespirabilidad ha ido en aumento tóxico imparable. ¡Suerte que tengo de estar tan alejado del punto geográfico de tan palpitante toxicidad! No conocí a Gulliver, y menos aún a su cronista, pero sí me veo obligado a recordar qué se entendía en Lagado por actividad política, para que esas conclusiones se trasladen a la del país que me atrae desde este mirador privilegiado: 
En la escuela de arbitristas políticos pasé mal rato. Los profesores parecían, a mi juicio, haber perdido el suyo; era una escena que me pone triste siempre que la recuerdo. Aquellas pobres gentes presentaban planes para persuadir a los monarcas de que escogieran los favoritos en razón de su sabiduría, capacidad y virtud; enseñaran a los ministros a consultar el bien común; recompensaran el mérito, las grandes aptitudes y los servicios eminentes; instruyeran a los príncipes en el conocimiento de que su verdadero interés es aquel que se asienta sobre los mismos cimientos que el de su pueblo; escogieran para los empleos a las personas capacitadas para desempeñarlos; con otras extrañas imposibles quimeras que nunca pasaron por cabeza humana, y confirmaron mi vieja observación de que no hay cosa tan irracional y extravagante que no haya sido sostenida como verdad alguna vez por un filósofo.
Y menos en Torilandia.

sábado, 4 de mayo de 2019

Caramba, caramba, ¡cartamba…!



La amistad, el humor y un proyecto quijotesco…

Con motivo de esta movilización general que he emprendido en pro de tan quijotesca aventura como la de editar por cuenta propia y ajena, la de la suscripción popular, un diccionario singular, en pleno siglo XXI, en el que las enciclopedias se han de lanzar a los contendores de reciclaje de papel porque no hay biblioteca ni institución académica que las quiera, me llega al correo la magnífica pieza literaria epistolar de mi amigo Joaquim Parellada, erasmista de pro, lector infatigable, ameno conversador y docto colega, quien se ha «marcado» una pieza promocional en la que se suman la literatura, el humor y la seducción a partes iguales. De hecho, una de los corresponsales del autor hasta ha creído que era una invención de Joaquim para “venderles” una obra escrita por el bajo el pseudónimo de mi heterónimo Dimas Mas. ¡El rizo rizado! que prueba que la literatura no tiene fronteras…, como tampoco las tiene la amistad, y a la prueba me remito:

Queridos amigos, colegas, familiares, todos y todas, 
Uno de mis más antiguos amigos (no solo en las lejanas aulas del patio de Letras sino también en las covachuelas galdosianas de la Delegación de Hacienda de la Vía Layetana), al que algunos ya conoceréis bajo el seudónimo de Dimas Mas, se ha lanzado a la aventura de publicar un nuevo libro, que yo he tenido ocasión de catar, es decir de hojear, titulado El tesoro olvidado. Breve diccionario de elocuencia minimalista. Se trata, en efecto, de un diccionario de voces olvidadas pero existentes en el Diccionario, a las que Dimas añade glosas llenas de sentido del humor y de literatura. 
La edición de este volumen de 700 páginas encuadernadas en tapa dura, ha corrido a cargo de Emilio Pascual, para su editorial Oportet. Pascual fue Director editorial en Anaya y en Cátedra, y a él se debe la magnífica edición de otra novela de Dimas Mas (la de más éxito, probablemente) El tesoro de Fermín Minar en la colección de clásicos Tus libros. Dimas Mas publicó también en Anagrama Nadie en persona, que es una de sus novelas por la que tengo preferencia. 
Como los tiempos que corren son duros, sobre todo para las letras, el buen hombre ha tenido la idea de montar una plataforma de micromecenazgo para lograr su objetivo. La suscripción es ¡sólo! de 30€ y da derecho al diccionario y a algún otro producto literario de propina, como veréis si accedéis a la página en cuestión. 
Las dos o tres entradas que he podido leer del libro me han parecido originales y muy divertidas y, en consecuencia, os animo a realizar la suscripción, tal como acabo de hacer yo mismo. Pensad que, si esta se lleva a cabo (que se llevará) seréis uno de los pocos poseedores de lo que acabará siendo una rareza bibliográfica que podréis legar en vuestro testamento a quien os apetezca. 
Además el libro tiene la ventaja de que lo podéis leer como os dé la gana: no hace falta empezar por el principio. 
Y por último, si no os apetece leerlo (cosa dudosa) siempre podéis comprarlo para regalar: seréis muy originales (aunque luego os arrepentiréis de no haber adquirido uno para vosotros, os advierto). 
En fin, espero con estas líneas seducir al máximo número de compradores, pues de ello depende la comisión que Dimas me ha prometido. Y, claro está, reenviad este correo a quien os apetezca. Como mínimo a diez personas; en caso contrario, no respondo de lo que os pueda pasar (se romperá la cadena, etc.). Eso sí, no os durmáis: tenéis solo 40 días desde hoy mismo para realizar la suscripción. Y recordad: si no os complace, yo no os devuelvo el dinero ni Dimas tampoco, pero esta opción es impensable. 
La página de la suscripción es la siguiente: https://www.verkami.com/projects/23367-descubrir-el-tesoro-olvidado 
Quienes quieran más información pueden entrar en la página de FaceBook del autor, donde está colgada la fotografía de las cubiertas y una palabra como botón de muestra del contenido del diccionario: 
https://www.facebook.com/dimas.mas.3954
Un abrazo fuerte a todos.
J.