lunes, 20 de mayo de 2013

El horror

La explotación sexual

         Las noticias de cada día nos hablan de miles de mujeres  sujetas a la esclavitud sexual en nuestro país sin que las autoridades, al margen de alguna redada esporádica, hagan algo para evitar esa humillante situación. España es, al parecer, el país de la UE donde más dinero mueve el negocio de la prostitución. La pregunta, sobre todo de carácter ético, es, ¿cuál es el nivel de fracaso sexual de las parejas españolas, como para que sea tan alto el consumo de sexo de pago en España? Un consumo, además, que hace abstracción del hecho de consolidar esas redes de esclavitud, lo que convierte a los consumidores en seres de no mayor catadura moral que el personaje de Django desencadenado interpretado por Di Caprio que usaba los esclavos para, como los gladiadores en Roma, satisfacer la compulsión destructiva que le exigía el asesinato, si bien lo cometía por persona interpuesta. Que algunas de esas mujeres sean menores, no parece importarles lo más mínimo a los depredadores sexuales que pueblan los clubes de alterne de las carreteras españ 
No soy enemigo de la prostitución, siempre y cuando ésta se practique en régimen de libertad y voluntariedad personal. La realidad sexual es lo suficientemente compleja como para que la sociedad pueda prescindir del sexo de pago, pero lo que no vale es la "tolerancia" de la autoridad ante situaciones que atentan contra los derechos humanos esenciales, como es el caso del trato de mujeres. Horroriza conocer los destinos que aguardan a tantas y tantas mujeres que están sometidas a esas redes de proxenetas que las explotan como si fueran ganado de engorde. Quizás la penalización del consumidor, no de la oferente, sea la vía más expedita para atajar el problema. Ello y la lucha sin cuartel contra las redes extorsionadoras.

            Esta reflexión me la ha sugerido el conocimiento personal de un caso de prostitución inducida de un joven estudiante de 13 años nada agraciado que había sido seducido/sometido por un compañero suyo que abusaba de él y que, además, "invitaba" a otros jóvenes mayores a "gozar" de su posesión, ignoro si con recompensa de por medio o no. El caso es tan patético y doloroso que uno no sabe si es hijo de la crisis o la crisis es hija de seres tan deleznables como el de ese abusador/proxeneta.
Evidentemente, el caso está ya en conocimiento de la policía.

1 comentario:

  1. El asunto de la prostitución es un dilema moral. ¿Se debe optar por la represión a todos los niveles (prostitutas, proxenetas y usuarios) o debe optar por regularese al estilo Holanda en que existe seguridad social para las trabajadoras del sexo? Hay argumentos para ambas opciones, pero tengo la impresión que es una realidad imposible de eliminar. ¿Cuáles son las razones? ¿Solamente una especie de fracaso matrimonial? Es más complejo y no llega a explicarlo. Toda relación sexual implica una parte importante de frustración y otra de éxito. La prostitución se basa en ese lado no satisfecho de nuestra realidad sexual y que aspira a realizarse… Soy más partidario de la regularización dejando de lado tabúes e intentos de represión. Ahora no sé bien cómo funciona en países como Holanda. Tengo entendido que no es tan claro como pudiera parecer y que surgen redes colaterales que esquivan también la legislación sobre el tema.

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