El
hallazgo de la lógica rancional…
Sorprende que el reducido
tamaño de Laputa esconda en su seno jardines tan amenos y tan poco frecuentados
que bien pueda yo dedicarme a mi observación metódica y rigurosa de Torilandia -abreviemos…- sin ser molestado por
impertinentes admiradores a lo largo del día, ¡y menos aún de la noche!,
porque, sí, lo reconozco, el principal país de esa taurófila península, ¡tan
peculiar! -bizarre, habría de decir
en nuestra irremplazable lengua- ha logrado cautivarme de tal modo que incluso
mis propias aventuras de supervivencia palidecen algo, si comparadas con las
insensateces, esperpentos y friquiñuelas que no solo se producen
espontáneamente en ese país, sino que se reproducen como los conejos que, al
parecer, dieron nombre romano -de origen fenicio, como todo el mundo sabe…- a
ese conjunto de tierras diversas y poblaciones en permanente conflicto por un
quítame allá esta o aquella identidad tautológica, herencia del cristianismo
que aún es motivo de discordia, como enseguida veremos. Diríase del que me
acoge, de este fresco jardín arbolado, que es algo así como mi backyard privado. Desde aquí, acompañado
por la brisa que convierte en cítaras los pinos y disemina su fragancia por
toda la contrada, observo con curiosidad filosófica, mi escoptofilia genética,
los aconteceres, sobre todo políticos, que tanto apasionan a esas pobres gentes
pendientes siempre de lo que no pueden gobernar y olvidados de sus propias
vida, dejadas al azar de los vientos en una nave sin gobernalle y en una noche
tempestuosa. El hospitalario Juan Poz que me ha acogido en su Provincia Mayor,
definió perfectamente uno de los rasgos antropológicos de lo que él llamó
Torilandia: el uso de la lógica rancional.
Esa lógica rancional se multiplica a cada
nuevo cráneo inprivilegiado que abre la boca para exhalar regüeldos que quiere
hacer pasar por pensamientos. Prestémosle atención al último exabrupto del
sector autonómico: equiparar el uso del castellano y del catalán en el sistema
educativo catalán es un atentado contra el catalán como no se había visto desde
1978, ha venido a decir la ministra autonómica del ramo con un despliegue de
ofendido papo valleinclanesco. Y quedose tan pancha y oronda y filológica.
Prohibir una de las dos lenguas oficiales en Cataluña (los progres acomplejados
han de escribir Catalunya, como Girona o A Coruña...) se ve que es una defensa
de la cultura. Impedir que los escolares se formen en las dos lenguas propias y
oficiales de la comunidad autónoma es, así mismo, otra defensa, en este caso
acérrima -que está más cerca de lo que en realidad es, una cerrilidad-, de la
educación y, de rebote, de la cultura. Y concluye, después de haber
diseccionado otra muestra estadística de una tal Fátima Báñez, ejemplar nativo
a medio camino entre los retratos de Picasso y Solana: Se ha de reconocer que la lógica rancional es, como dicen ahora los
modernos, transversal. Es acogida en cualquier formación política de, como
dicen los cronistas, todo el espectro ideológico, una expresión que asusta
bastante más que el referente, la verdad, que ya es decir. Viene esto a
cuento de los retorcimientos lógicos y lingüísticos que se han visto obligados
a hacer quienes sustituyeron, vía moción de retales, al anterior gobierno de un
tal don Tancredo o acreditado tancredista, que está por dilucidarse la cosa,
dada la silente y sombría presencia pública del censurado, quien por fin puede
dedicar sus días, full time, a caminar y a seguir la actualidad
polideportiva. Andan revueltos en Torilandia por la suerte de yenka que baila
el Gobierno de la nación en todo asunto en el que fija sus objetivos
propagandísticos, que no propiamente de gobierno. Así, la exhumación del
Dictador, alguien sepultado en el más polvoriento de los olvidos, devenida
resurrección a costa de no haber previsto qué hacer con sus restos, habiendo la
familia expresado el deseo de enterrarlos en una nicho de propiedad familiar en
un céntrica y horrible catedral de la capital, lo que ha dado pie a una esperpéntica intervención, saldada con copioso ridículo, por parte de la alucinante lugarteniente del Presidente, ante la diplomacia vaticana, acaso la más experimentada del mundo. O las gestiones de cesión de
derechos para lograr un acuerdo con quienes quieren destruir el Estado en su
actual forma de monarquía democrática, de modo que con su apoyo puedan aprobar
unos presupuestos expansivos -a pesar de los tambores de crisis que ya se
escuchan…-que los continúen alojando en el Gobierno durante un año más antes de
convocar elecciones. Vistos desde Laputa, estos asuntos, parecen menudencias
pueriles, porque son tantos los errores de estrategia, de comunicación y de actuación
ante otras autoridades, que dan a entender que han sustituido temporalmente a
un hipotético gobierno cabal -¡que no es el anterior!, y que en realidad acaso sea,
como tal, “gobierno cabal”, una expresión sin referente real…- y se dedican,
quienes usurpan sus funciones, a entretenerse en exhibir su poder ejecutivo,
por nimio y, sobre todo, reversible que pueda ser tras unas elecciones en las
que no saquen mayoría para formar gobierno. Los díscolos antipatriotas de la
franja noreste, cuyos líderes siguen en prisión preventiva, ¡y lo que les
queda…!, aún continúan sin decidir si se tirarán al monte de la acción directa,
y directamente condenada al fracaso y a la cárcel, o insistirán en la senda
reciente de los acuerdos “bilaterales”, los llaman ellos, para sacar el pecho
de tú a tú, y aparecer ante sus fanáticos seguidores como auténticos “hombres
de estado”, a pesar de que no dan la talla ni a pesar de que el sastre les haga
el traje a medida, ese my tailor is rich
que suelen tener todos los ciudadanos de esa península y del que presumen ante
nosotros cuando quieren usar nuestra lengua. Acostumbrado a tan larga
experiencia de la autosuficiencia, me choca que quienes gobiernan, y otros
partidos que los apoyan, deseen convertir a sus votantes en gentes dependientes
y con escasa o nula iniciativa para contribuir al bienestar propio y ajeno en
una sociedad donde se premie la industria, el ingenio y el trabajo, pero ese es
un camino sobre el que no me puedo extender en estas crónicas de esas gentes
arbitrarias y esperpénticas que suelen olvidar lo esencial para perderse en los
laberintos de los juicios de intenciones y las descalificaciones ad hominem, la
expresión más pueril y deprimente del uso de la razón. Sí, no se me olvida que
ahí abajo funcionan con esa lógica rancional,
cuyos ejemplos, desde las clases dirigentes hasta las indigentes, más parecen
propias de los yahoos que de las personas racionales. Sobre todo en las noches
de luna llena y silencio llegan hasta este recóndito jardín esas voces desgarradas
de las amenazas, los insultos, los sarcasmos y las chulerías, como si todas las personas
acabaran el día colgados de una botella de aguardiente. Entrar en detalles como
el de la ¡ministra de justicia! -sí, todo en minúsculas, ¡porque lo exige la
objetividad!, que denuncia a compañeros de profesión por tener líos de sexo con
menores sin denunciarlos, sin embargo, en sede judicial, o a la que le parece de perlas que un comisario
explote a mujeres para sacar información de sus víctimas empresariales y
políticas; o tener un ministro de ciencia, innovación y universidades cuyos
criterios éticos a la hora de evadir el pago de impuestos -¡pagarlos nos ha
hecho grandes, a los ingleses, realmente!- andan tan reblandecidos como los
relojes del gran pintor español ampurdanés; o… Bien, no se ha de cansar a los
posibles lectores de estas crónicas, no sea que no quieran volver a
frecuentarnos. La política es el conjunto de trampas que nos ponemos,
socialmente, para complicarnos la vida, en parte por sport, en parte por ese recio instinto de autosabotaje para el que
solemos aliarnos hasta con el diablo, y no doy más detalles por no duplicar
tal presencia maligna. Desde esa perspectiva, no es extraño que esa lógica rancional haya encontrado tan feliz
asiento en Torilandia, para desesperación de los ilustrados que allí habitan,
que no son pocos, aunque puedan menos. En fin, esta observación me distrae de la
redacción de mis propias aventuras, pero la doy por buena en la medida en que
puedo, a partir de ella, andarme por unas ramas de la reflexión por las que no
me puede andar en mi largo y penoso cautiverio, tan ajustado como hube de vivir
a los pormenores de la propia subsistencia. Me retiro a descansar, pero seguro
que no tardaré en asomarme de nuevo a lo que ahí abajo ocurre, cuyas voces, en
la noche estrellada, me llegan con una nitidez solo comparable a la de las
voces que les llegaban a los viajeros que viajaron durante cinco semanas en globo
por el norte de África.
Divertido y espléndidamente escrito.
ResponderEliminarPues gracias por el cumplido. Creo que le he cogido afición a esto de tamizar nuestra realidad política a través de la mirada de un industrioso náufrago... Me anima Vd. a continuar, caballero.
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