jueves, 20 de marzo de 2014

Dura lex, sed lex...


La tristeza becqueriana de un profesor de catalán...
(boceto del natural).



Del salón en el ángulo oscuro, de su ideal tal vez olvidado, silencioso y cubierto de desolación veíase al profesor de catalán en la evaluación trimestral. ¡Cuántas notas excelentes dormían en sus quimeras pedagógicas, como el pájaro duerme en las ramas, esperando a los alumnos fervorosos que sabrían arrancárselas! ¡Ay, -pensé- cuántas veces la vocación así duerme en el fondo del alma y una voz, como Lázaro, espera que le diga: Som-hi! Has de fer-los teus!


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