sábado, 13 de abril de 2019
Una foto y un destino...
Una torpe pincelada de autoficción...
Ese que ahí veis, de gesto morrocotudo, mirada porfiada, jersey de ochos y airada defensa de la inocencia está castigado en la clase de los "mayores", y, a tanta distancia, lo que aún le sigue sorprendiendo a quien lo ve como "otro" es que apareciera una máquina de fotos, ¡en aquellos años en que ni había aparecido "el desarrollo"!, y él se convirtiera en el objetivo del fotógrafo improvisado. Su hermano mayor tiene la foto "oficial", sentado en la mesa del profesor, con un libro abierto, con el mapa de España detrás y un globo terráqueo sobre la mesa; ese que ahí veis, está sentado con rabia e impotencia, el mapa desenfocado le cae de lado y solo parece tener ojos para imaginar la ficción de la imposible venganza... Ese trasto escolar, ese perillán, sin otro don que leer con corrección en aquellos años, en libros de lectura con letra cursiva de autores con bigote y perilla, don que luego no ejercería sino al llegar a los quince años, se aferra a su indignación ante la injusticia, porque ese enfado nos habla de la justa razón contrariada, y de su contrario: la flagrante injusticia, convertida, para más inri en el hazmerreír de los estudiantes mayores. No sé qué le pasaba por el magín a ese zascandil herido, ni qué chispas de pedernal arrancaban los coscorrones que se dibujaban en su coronilla con ritmo militar; esa imagen es algo así como un complicado emblema de Alciato diseñado para inducir a equívoco, no para ilustrar una virtud común. ¡Cuánto esfuerzo supondría trazar la línea cronológica por la que aquel pedazo de pan mojado en inocentes hieles subversivas llegaría a escribir un diccionario de casi ochocientas páginas rescatando un precioso léxico a punto de ser arrumbado en la covachuela silenciosa, húmeda e inaccesible donde se entierran sin mayor ceremonia de despedida las palabras que algún día estuvieron en la lengua de los hablantes tan vivas como ahora él las rescata! Pero así fue, y así lo cuento yo ahora, que veo a ese botarate a una distancia de sesenta años, reconociéndome aún en ese empecinamiento, en esa testarudez, en ese deseo impetuoso, en esa fiereza egocéntrica de quien tengo para mí que ya intuía qué significaba eso de ser una provincia mayor que el mundo...
En cualquier caso, aquí queda consignada la invitación a los morenos lectores para participar en la tarea de conseguir que ese diccionario El tesoro olvidado. Breve diccionario de la elocuencia minimalista. Quinientas palabras para quien quedar bien quiera, vea la luz, aquí:
https://www.verkami.com/projects/23367-descubrir-el-tesoro-olvidado
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Te deseo mucha suerte en el proyecto. Me ha encantado leer tu texto y me he visto representada en la otra foto que nos hacían, sobre la mesa con un libro en la mano (en mi caso de cuentos) y el globo terráqueo.
ResponderEliminarSAludos.
Gracias. Aquí se podrá colaborar a partir del día 1 de mayo:
Eliminarhttps://www.verkami.com/projects/23367-descubrir-el-tesoro-olvidado
A mí, como era de los zascandiles y zorronglones no me juzgaron "apto" para esa foto honorífica... ¡Suerte que tuve de que me sacaran esta del "castigado"!
Bonita foto,bonitos años...Y cómo hemos cambiado! no ya nosotros, sino todo lo que nos rodea, incluida nuestra bonita España.
ResponderEliminarA pesar de los maestros, uno avanza. y lo dice una maestra de Primaria. Porque el amor a las palabras, a la escritura, te llegó en un momento determinado, no sé cómo surgió, y ahí sigues en tu empeño.
Espero aprender y reírme con tu diccionario. Soy una de tus mecenas, Victoria Martín, @Mariviti1 Sé feliz
Muchas gracias por tu mecenazgo, Victoria, y, sobre todo, por el afecto hacia mi persona que destilan tus palabras y que es totalmente correspondido. La cordialidad es una de las grandes cumbres de la civilización, pero no tiene tanta fama como otras virtudes que, a mi entender, son muy menores. Mi hija se prepara para ser profesora de Primaria también. Estamos entre amantes del conocimiento y de las buenas maneras, pues. Aprender no sé si aprenderás, pero si en algo estimas mi humor, puedo garantizarte que lo prodigo en todas y cada una de sus páginas, que he construido como un diálogo constante entre autor y lector, por eso he querido que la obra se editase a través de l suscripción popular, porque sin los lectores este libro no tiene ningún sentido. NInguno, claro; pero este más. Os hago en él proposiciones léxicas muy sorprendentes. Gracias, de nuevo. Y espero que podamos acabar la impresión cuanto antes... Un abrazo.
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