sábado, 6 de julio de 2013

Hambre, retórica secesionista y solidaridad

La realidad cebollera

Ha sido y continúa siendo un frase hecha, referirse a los catalanistas como gente "de la ceba", sin que haya podido, en un simple vistazo al universo googliano, esclarecer el origen de una asociación tan lacrimógena, tan propensa a llorar pérdidas, y tan aldeana. 
Hoy, sin embargo, me ha venido a la memoria esta expresión cuando he entrado en el supermercado y me ha asaltado un voluntario de una suerte de ONG de barrio que recogía alimentos para nuestros vecinos que pasan hambre, pidiéndome una colaboración. Esta escena es el contrapunto actual más dramático de la retórica del paraíso cerrado para muchos y abierto para pocos que promete el secesionismo catalanista. De repente toda Cataluña se me ha aparecido como una cebolla cuyas capas externas se van pudriendo mientras las del cogollito están fresquitas y sabrosas, sabiendo que tardará en llegarles la descomposición que, con todo, también las amenaza. A la contemplación indirecta del hambre se le ha superpuesto la imagen oronda de Junqueras pidiendo, desde su hermoso y españolazo sueldo -que acepta sin tener ninguna mala conciencia por ello- que seamos independientes para gestionar nuestras supuestas riquezas, esas que, al parece, saquean los españoles que le pagan, a él y a todos los de su partido, esos sueldazos que meten espanto a quienes, como nuestros vecinos, requieren de nuestra solidaridad para llevarse un plato de comida a la boca.
Los contrastes forman parte del Barroco, son su esencia, y nacieron en tiempos de crisis económica como la que asoló España desde el Lazarillo hasta Los santos inocentes. Los secesionistas, sin embargo, nos prometen el paraíso en el que la tierra mana leche y miel... Y en medio, este hombre de barrio escogiendo con qué alimentos podría contribuir a paliar esas necesidades perentorias a través del banco de alimentos. Suelo escoger cereales, leche, zumos y garbanzos, porque un buen desayuno es básico para afrontar el día y le da un consuelo excepcional al estómago afligido. Si no pudiera tomarme mi avena con leche de soja, no podría empezar el día...
He reflexionado, después, sobre la ideología de quienes han formado esta asociación que, mira por dónde, está asociada con otras similares de otras ciudades y pueblos de España, en un ejemplo de cooperación y relación interterritorial española que me ha parecido la empresa más ilustrativa del desierto que deja a su paso la retórica secesionista en el alma de las gentes. Seguramente, aunque sea socio de Médicos sin fronteras, contribuiré, dentro de mis posibilidades, con esta organización cuyos voluntarios en ningún caso se dirigían a mí para pedirme que me desentendiera de quienes no han firmado para figurar en las listas del GH Mas, sino todo lo contrario. 
No todo está perdido. No triunfará el discurso del odio a España y a los españoles. Somos solidarios. La nación no está por encima de las personas ni éstas han nacido para estar al servicio de aquélla.

2 comentarios:

  1. Espero que no triunfe, aunque la artillería mediática independentista dispara día y noche para que España y Cataluña sean entidades incompatibles y enemigas. Todo lo que viene de España es retrógrado y atávico. Y Cataluña, la casta Cataluña que sería tan feliz sin España, sufre el atraco inmisericorde de esas huestes centralistas y extremeñas que nos secan la ubre. Nadie explica cómo entonces Cataluña ha podido convertirse en una de las regiones más prósperas de Europa, más avanzadas, más descentralizadas, si la malvada España todo lo seca y aplasta.

    Los más furibundos independentistas se echarían las manos a la cabeza cuando supieran el día después quién iba a gestionar la independencia, y no hay que ser adivino para saber que sería La Caixa, el cercle d'Economia y Foment del Treball quienes llevarían las riendas de esa hermosa y pura Cataluña, doncella núbil e incontaminada por la historia que por fin se habría podido librar del yugo de esa España atrasada.

    ¡Qué hermoso sería el mundo sin España! Este mensaje edípico y utópico es el que cala entre las masas catalanas, y no encuentra enfrente un discurso estatal convincente, ni reacción dentro de Cataluña comparable a la movilización de masas independentistas. Porque los que no creemos en esa Arcadia incontaminada tememos ser señalados como "españolistas", el peor insulto en esta tierra en que parece que ya hay que presentar nuestra adhesión al régimen para no ser sospechosos de amor a España lo que representa el culmen de la ranciedad y el reaccionarismo más definitivos.
    Llevan más de treinta años afilando cuchillos ideológicos para separar las dos orillas, y en medio solo tenemos un desnortado PSC que ya ni existe porque lo han señalado ya como españolista.

    Parece que vamos a tener que pagar impuestos para mantener TV3, la ruina patriótica de TV3, pero enfrente no hay una ideología solvente que pueda oponerse a esta artillería brutal que lleva al enfrentamiento y al desistimiento. El discurso español carece de una voz solvente que reivindique la españolidad compatible con la catalanidad.

    Ojalá que esas ONGs civiles cumplan con su papel solidario con los distintos pueblos de España. Lo deseo fervientemente. Gracias por este hermoso artículo.

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  2. Gracias pore tu presencia, Joselu, que me da ánimos para no desatender esta parcela de la intrahistoria unamuniana que es, al fin y al cabo, en la que pasamos la mayor parte de nuestra vida, a diferencia de los exaltados secesionistas que viven en la nube de Eldorado, en el Paraíso donde queden impunes sus latrocinios y sus listas de adeheridos inquebrantables y peligrosos quintacolumnistas. Tanta pobreza de espíritu como ve uno a su alrededor no incita al ánimo festivo, pero sigo pensando que el humor es un arma extraordinaria para luchar contra el fundamentalismo y el integrismo de los señores oscuros de la intransigencia y el pensamiento único.

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