La
lógica de la Torilandia carpetovetónica.
Así abrí las puertas de esta Provincia sin fronteras hace algunos años:
Paseando con mi muy amada interlocutora predilecta, mi Conjunta, me ha venido con el vértigo de la inspiración
el descalificativo con que describir el modo de pensar que se ha extendido en
Torilandia: rancional. Hemos reído
con ganas porque ha funcionado la ley del gazapo, como aquellos que cazaban en
La Cordorniz, o la del lapsus linguae freudiano, más antiguo pero más moderno,
para entendernos. El caso es que desde mi atalaya, un modesto observatorio
privilegiado, la política nacional se contempla como un eterno sainete en el
que esa lógica rancional se
multiplica a cada nuevo cráneo previlegiado
que abre la boca para exhalar regüeldos que quiere hacer pasar por
pensamientos. Prestémosle atención al último exabrupto del sector autonómico:
equiparar el uso del castellano y del catalán en el sistema educativo catalán
es un atentado contra el catalán como no se había visto desde 1978, ha venido a
decir la consejera autonómica del ramo con un despliegue de ofendido papo
valleinclanesco. Y quedose tan pancha y oronda y filológica. Prohibir una de
las dos lenguas oficiales en Cataluña (los progres acomplejados han de escribir
Catalunya, como Girona o A Coruña...) se ve que es una defensa de la cultura.
Impedir que los escolares se formen sólida y propiamente en las dos lenguas
propias y oficiales de la comunidad autónoma es, así mismo, otra defensa, en
este caso acérrima -que está más cerca de lo que en realidad es, una
cerrilidad-, de la educación y, de rebote, de la cultura. De igual manera, esa
ministra a medio camino entre el cubismo picassiano y los esperpentos de
Solana, Fátima Báñez, aplicando los principios universalmente reconocidos de la
lógica rancional, pretende hacernos
creer que van a prohibir que los jubilados fleten autobuses para ir a su
ministerio a agradecerle que les priven de la revalorización de las pensiones.
¿No se advierten en estas maneras penseriles -sí, sí, muy cerca del pienso,
pero ya sabemos de cuál...- un sí sé qué de la inefabilidad anguitiana
excatedrista? Se ha de reconocer que la lógica rancional es, como dicen ahora
los modernos, "transversal". Es acogida en cualquier formación política de, como
dicen los politicronistas, todo el espectro ideológico, una expresión que asusta
bastante más que el referente, la verdad, que ya es decir. Recalaremos, con más
calma, en los postulados fundamentales de esa lógica rancional, aún por elucidar. Tiempo habrá, que eso te regalan la
crisis y la pobreza, ¡y nosotros, desagradecidos, nos quejamos!
Y lo cierto es que hoy las muestras de esa rancionalidad dominante son de tal
envergadura que bien podríamos hablar de que constituyen ya una neolengua
alternativa a la descrita por Orwell en 1984. Entonces, 2012, aún estaba en cierne el prusés
como Movimiento Nacional conspirativo dispuesto a romper el Reino de España
para desgajar un pequeño estado independiente contra la mayoría de los habitantes
de dicho territorio y más en pañales aún la existencia de los defensores de las soberanías compartidas, la tribu
podemita ramificada en grupúsculos de variopinta y se supone que convergentes
ideologías, que tantas alegrías rancionales nos deparan continuamente, para
regocijo común y particular del provinciano mayor que ostenta la propiedad de
tan parvo como inagotable espacio, es decir, mi menda leyenda que dijo mi otro Juan. En fin, quería recordarlo,
sencillamente, por hacer memoria del esfuerzo continuado de atención social que
supone mantener abierta esta Provincia, tan olvidada como la mayoría de las de nuestro
territorio. Mi solidaridad con todos esos espacios dejados de la mano de los presupuesto
es total. Y sí, si Teruel también existe, ¡y cómo no, provincia tan bella!, Provincia mayor no se queda chica; ni en
la Torilandia carpetovetónica a la que se abre le falta su torico, que embiste con la dialéctica afilada como que
el que más. O con eso me consuelo, vamos…
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